Título: Un amigo extraordinario
Director: Marielle Heller
País: Estados Unidos
Año: 2019
Género: Drama
Opinión personal
Un amigo me la recomendó en su día y, cómo suele ocurrir, fui dejando pasar el tiempo hasta que, cuando la vi, me dije... Menuda joya!! ¿Cómo no la vi antes?
Un amigo extraordinario narra los encuentros entre Lloyd Vogel (periodista de un respetado periódico) y Fred Rogers (una estrella del mundo de la tele). Ambos existieron de verdad, así que podríamos decir que la película está basada en hechos reales.
En el caso de Lloyd, en el trabajo le encargan hacer un reportaje sobre la figura de Fred Rogers, uno de los hombres más queridos de América. Fred presenta un programa infantil. Un programa longevo y muy seguido. Lleva presentándolo desde hace bastantes años, por lo que es un personaje casi legendario para varias generaciones.
Lloyd acepta el encargo a regañadientes, pues no es el estilo de reportajes que suele llevar. El periodista es una persona gris, escéptica, con los pies en la tierra, sarcástica, llena de prejuicios... Y a veces cuando se enfada o la situación escapa a su control, una persona ácida e hiriente. Bueno, supongo que se asemeja mucho a la mayoría de los mortales.
Sin embargo, cuando le conciertan una cita y conoce a Fred en un descanso en el plató, rompe un poco sus esquemas, pues el presentador es... Bueno, cómo decirlo, es lo contrario a él: alguien amable, bondadoso, humilde, diría que hasta cariñoso, y con mucha empatía por la gente, aunque sean completos desconocidos. Ambos son polos opuestos.
En dicha entrevista a Lloyd le surgen muchas dudas, pues no termina de creerse que alguien pueda ser tan maravilloso. Todos tenemos defectos, fisuras, secretillos y miserias, y él está dispuesto a escarbar hasta desenterrar esos pecados inconfesables, desmontar un poco la imagen de hombre perfecto del otro (que es justo lo contrario que le han encomendado, ya que el reportaje pretende ser una especie de homenaje a la carrera de una estrella). Pero, muy en su naturaleza de "amargado por la vida", solicita más entrevistas con Fred, en un intento por llevárselo a su terreno y pillarlo en algo.
No obstante, encuentro tras encuentro, es como si se topara con un muro, pues Fred es todo amor y comprensión, y eso lo desconcierta. Lo desarma.
De hecho, incluso las tornas se dan la vuelta: en algún que otro momento el entrevistado se convierte en entrevistador. Fred intuye que detrás de tanta rabia contenida se esconde un trauma enquistado, algo feo y doloroso que, en el fondo, lucha por salir. Lloyd opone resistencia, se revuelve y sale su peor versión cuando se ve acorralado. Pero está en las mejores manos, pues Fred es un tipo singular, capaz de profundizar en el lado más primario de las personas. Su especialidad: los seres de algún modo heridos.
Lloyd no está pasando por su mejor momento, conflictos personales lo atormentan y heridas de un pasado lejano se reabren. Y, para colmo, coincide con este encargo tan atípico de su periódico.
Esta es la historia de una amistad que surge entre dos personas muy opuestas. Es una película dramática, pero luminosa e inspiradora, llena de frases que te dejan pensando, tierna, emotiva. Ese tipo de pelis que te dejan con muy buen rollo, que te hacen querer ser mejor persona.
He visto muchas pelis de Tom Hanks, unas mejores y otras peores, pero esta se ha convertido en una de mis favoritas del actor. Aquí está sublime. Tanto es así, que en un corto periodo de tiempo la he visto ya varias veces con diferentes personas. Más películas así, por favor.
Como curiosidad, al final, entre los créditos, aparece el auténtico Fred Rogers. Sinceramente, pienso que debió ser un tipo encantador.