Título: En cuerpo y alma
Director: Ildikó Enyedi
País: Hungría
Año: 2017
Género: Drama, Romance
Opinión personal
Si algo me gusta es acercar a la gente películas poco conocidas, historias que, a pesar de contar con algún que otro premio, para el gran público (el que hace subir o bajar la taquilla) pasan desapercibidas. Y es una pena, porque el cine independiente cuenta con auténticas joyas. Pero bueno, no todos los paladares está hechos para cualquier delicatesen.
Endre, un hombre solitario y con una discapacidad en un brazo (lo tiene inservible, inerte), trabaja en un matadero de Budapest. Aunque su labor es más bien administrativa, pues es el director financiero. Su día a día es rutinario, carente de emoción, hasta que un día aparece una cara nueva en el matadero: María, la nueva inspectora de calidad.
Pronto le empiezan a llegar rumores de la última en llegar, pues es una mujer peculiar: seria, callada, estricta y minuciosa en su trabajo, y en general poco sociable, evitando casi en todo momento el contacto con los demás. En pocos días, los trabajadores empiezan a chismorrear a sus espaldas.
Endre siente de repente mucha curiosidad por María, y en la hora del almuerzo intenta algún que otro acercamiento, pero ella es hermética y da la impresión de sentirse incómoda con alguien cerca.
En un momento dado, tras un incidente que sacude a toda la empresa, de forma externa se contratan los servicios de una psicóloga para que haga un informe, y nada más llegar se dedica a entrevistar a todos los trabajadores por separado, haciéndoles una serie de preguntas en apariencia inofensivas. Días más tarde, llama a Endre y a María para preguntarles algo, pues se ha dado una coincidencia demasiado extraña.
En los cuestionarios, una de las preguntas era: "¿Qué soñaste anoche?"
Él respondió que soñó que era un ciervo, que paseaba por un bosque y que en un momento dado, al detenerse a beber en un arrollo, ve más allá una cierva.
Ella respondió que soñó que era una cierva y que, caminando por un bosque, ve más allá de un arrollo a un ciervo que la mira.
La psicóloga quiere saber si se trata de un complot, de una broma que hayan tramado los dos para reírse de ella, pues es imposible que ambos hayan soñado lo mismo con tal definición de detalles... ¿O sí es posible?
La reunión con la psicóloga no parece arrojar mucha luz, pues el asunto sigue siendo un enigma, y cada cual vuelve con sus obligaciones. Pero a raíz de esta chocante conversación a puerta cerrada, María y Endre comienzan a intimar, a sentarse cada día a charlar en la cafetería en la hora del almuerzo, a contarse qué han soñado la noche anterior, a abrirse un poco más entre ellos.
Poco a poco, la película te va mostrando la intimidad de sus vidas, haciéndote desear que entre ellos vaya habiendo más complicidad. María es la rarita de la empresa, y Endre un tipo también solitario y reservado con sus cosas.
Desconozco si está basada en algún libro, pero tampoco me extrañaría, pues sus personajes protagonistas son muy literarios, en apariencia anodinos pero con mucho mundo interior.
La historia es de ritmo sosegado, transmitiéndote en momentos hasta cierta paz, y aun así te mantiene expectante por saber en qué acabará todo. Y el final... Ay, amigos, qué final tan... no sé cómo catalogarlo. Solo por ese final ya merece la pena verla. Recomendada para aquellos que os apetezca algo diferente, un delicado cuento para adultos que navega entre lo onírico y lo real, una historia que nos habla de soledad, de enfermedades mentales, y del amor surgido entre ovejas negras en los lugares más insospechados.