Otra vuelta al sol, otro año compartiendo experiencias junto a vosotros, y, sí, llegó otra vez ese día, otra entrada de aniversario.
Cuando empezamos con el blog no teníamos ni idea de cuánto duraríamos, porque nació de un impulso, de las ganas de crear un proyecto común. 9 años después, aquí seguimos dando guerra. ¿Quién nos lo iba a decir por aquel entonces? Claro que sí, y aquí seguiremos hasta que la ilusión nos acompañe.
Gracias a todos los que, con vuestras visitas y comentarios, le dais vida a este rinconcito tan querido en el que se ha convertido Erase una vez.
Como muchos ya sabréis, el aniversario del blog siempre coincide con mi propio cumpleaños. Siendo así, si en el día de hoy, 10 de julio, se me concediese un deseo al soplar las velas, tengo muy claro lo que pediría: que todo el mundo desde un sinfín de rincones leyera Más allá del Bosque del Ocaso, mi último libro, una novela fascinante que he escrito con un mimo casi paternal, como Gepetto con su Pinocho, que, para mi sorpresa, ha encantado incluso a aquellos no asiduos a la fantasía.
Tenéis toda la información acerca del libro pinchando en la siguiente imagen...
Y después de este autobombo que creí necesario (espero que me lo perdonéis), solo me resta desearos un feliz verano, a la sombra, lo más refrescados posible, en compañía de los vuestros, de buenas pelis y lecturas. Como de costumbre por estas fechas, nos tomamos un descanso blogueril y en septiembre (ya mismo, a la vuelta de la esquina) regresamos con las pilas recargadas.
De parte de Moniki y un servidor, un abrazo enorme. Nos vemos a la vuelta. 😉
La película que hoy os traigo cayó hace poco y, después de varios días, todavía la tengo en la cabeza, porque me sorprendió gratamente. Ya os adelanto que me encantó.
La historia nos presenta a una chica joven, seria, solitaria, resuelta en su trabajo, de apariencia afable, de la que poco sabemos salvo los pocos detalles que se nos muestran de su día a día. Lo único que sabemos con certeza es que se ha mudado a una nueva ciudad, y lo que la rodea es demasiado aséptico, lejos del calor familiar y todo lo conocido anteriormente.
Un día va a la consulta de una psicóloga (a través de su mutua), y le confiesa a esta que no es feliz con su vida. Tras rellenar un formulario (en apariencia inofensivo, mero trámite), surge un malentendido, y lo que pretendía ser una simple cita para desahogarse con alguien (a veces es más fácil con una persona desconocida) se convierte en una pesadilla, porque desde ese mismo momento la conducen a través de unos pasillos y la privan de libertad.
Tras ser ingresada contra su voluntad en una institución mental, lo primero que hace es llamar a su madre (que vive en otra ciudad) para contarle lo sucedido, con la esperanza de que este tremendo error cometido con ella se resuelva cuanto antes.
Pero de poco le sirve. Según parece, las cosas de palacio van despacio, ya que estos sitios tienen sus propias normas.
(De entrada, que por el simple hecho de rellenar un formulario, aunque sea en un mal momento emocional, te metan en un lugar así, de inmediato, me pareció exagerado, poco realista. Pero... Ay, amigos, más adelante lo explican, y tiene todo el sentido del mundo. Chanchullos de clínicas privadas que, amparándose en lagunas legales, solo buscan enriquecerse a costa del sufrimiento ajeno. Quien hace la ley, hace la trampa.)
Después de unas cuantas llamadas consigue arreglar el malentendido, pero el protocolo dicta que, "por su seguridad y bienestar emocional", está obligada a permanecer al menos una semana allí. Así que, aunque le parezca un disparate, tiene que pasar por el aro, siendo tratada como una enferma más.
Una semana. Aguantar una semana. Parece fácil, en principio. Pero no lo es. Las cosas se complican y su permanencia allí comienza a empeorar, siendo castigada por rebeldía y mal comportamiento con el paso de los días.
Pero no todo será desasosiego y tristeza, porque hasta en el peor de los sitios puede encontrarse consuelo y apoyo, a veces de quien menos se sospecha.
Vale, hasta aquí podríamos pensar... "Bueno, no suena mal, pero esto lo he visto yo antes, nada nuevo. Típica peli de sobremesa con la que pegar alguna cabezada"... ERROR!! Porque tras este personaje tan anodino, tan normal, se esconde algo. La protagonista es muy misteriosa, apenas conocemos nada de esta joven. Y, tal como descubriréis, algo de su pasado ha venido también con ella.
La película coquetea con la idea de que puede que ya de antes sufriera paranoias. Empiezan a sucederle cosas insólitas, pero... ¿es realmente así o solo es víctima de una mente perturbada? No os contaré nada más porque es de esas historias que merecen la pena ver casi sin información alguna, para ir tirando poco a poco del hilo. Solo os diré que esa ambigüedad razonable con la que juega la peli (acerca de su cordura) queda perfectamente resuelta.
No sé si os ha pasado alguna vez que, habéis leído un argumento e incluso visto un tráiler que no os decían gran cosa, y luego la peli os ha encantado, porque es más de lo que parecía en su presentación. Es el claro ejemplo de Perturbada, película cuyo director ha rodado enteramente con un móvil (dato que me acabo de enterar), que va de menos a más. Transmite cierta angustia y sensación de claustrofobia, y oleadas de tensión.
La actriz protagonista no la conocía, pero hace un papelón. Muy convincente.
La actriz que interpreta a la madre (detalle curioso) es a su vez la que interpretaba a Sue Snell en Carrie (1976), la enemiga de la prota en la mítica peli.
En cuanto a la película, no me sonaba de nada. Fue probar suerte y, me ha sorprendido tanto, que es de las mejores pelis que he visto este año, y creo que de lo mejorcito dentro de este subgénero.