Director: Mamoru Hosada
País: Japón
País: Japón
Año: 2015
Género: Animación, Fantástico
Opinión personal
Lo que hoy traigo es una joyita de esas apenas conocidas que, estoy seguro, hará las delicias de muchos. Se trata de una película que vi el mes pasado en el cine, en la sección infantil (aunque de infantil tiene poco). Es una sección, muchos lo sabréis, que rescata estrenos ya pasados, habitualmente del año pasado, que por un módico precio reestrena para la cartelera.
Dicho esto, y antes de entrar en el meollo, deciros que ya antes había visto pelis de este director, sin saber que se trataba de la misma persona, así que esto más que una reseña es una recomendación múltiple. He aquí sus 4 películas, todas reconocidas con multitud de premios:
- La chica que saltaba a través del tiempo (2006).
- Summer Wars (2009).
- Los niños lobo (2012).
- El niño y la bestia (2015).
A raíz de esta última peli me declaro fan de Mamoru Hosada. Os recomiendo estas 4 pelis suyas porque son de lo más originales y, aunque no seáis muy de animación, os aseguro que os dejarán un muy buen recuerdo. Algo en común que tienen sus historias es que te es facilísimo implicarte desde los primeros minutos, dejándote llevar por lo que quieran contarte.
Ahora sí, vamos con El niño y la bestia.
Atención a lo que os voy a confesar, pues por 2 € que nos costó cada entrada, es sin duda la mejor película que he visto en lo que va de año, más incluso que sonados estrenos de Hollywood que llevan llenando la cartelera.
Se trata de una historia sencilla, aunque muy original y con unos personajes que enseguida se cuelan entre nuestros favoritos.
Todo empieza con la aparición de Kyuta, un niño triste y lleno de rabia al que, al morir sus padres en un accidente, son sus tíos los que se hacen cargo de su tutela. Indignado con la realidad que le ha tocado vivir, se escapa, para acabar deambulando por las calles de Tokio sin un rumbo fijo.
Justo en esos momentos de desconcierto y sin saber adónde ir, la casualidad quiere que se cruce con Kumatetsu, una criatura sobrenatural de leyenda de otro mundo. Un mundo habitado por bestias, muy cercano al nuestro (solo hay que encontrar los callejones adecuados que los comunican), donde Kumatetsu es uno de los dos grandes guerreros que se disputan el liderazgo por su región.
Cuando este guerrero, de métodos toscos y bastante rudo, se topa con el niño, ve algo en su mirada que le recuerda a él a su edad, y dejándose llevar por un impulso decide acogerlo como primer y único discípulo, alguien en quien legar todos sus conocimientos adquiridos, quebrantando una de las reglas más sagradas al llevárselo a su mundo, donde los humanos están prohibidos.
Como ya podréis imaginar, la relación entre maestro y discípulo no empieza con muy buen pie, siendo lo que más los define, es decir, su testarudez, lo que más los hace chocar. Pero debo decir que es en esta atípica relación donde reside su encanto.
Aunque poco a poco va forjándose una amistad entre ambos, y llegados a un punto no queda muy claro quien enseña a quien. Por cierto, algo también de 10 en esta peli: los secundarios. Me encantaron.
No quiero contaros mucho más porque la peli está llena de sorpresas, aventuras y viajes maravillosos. Solo os puedo decir que tiene una fantasía que me ha conquistado, muy cercana, que llega más que películas con muchos millones de presupuesto, y más entrañable que pelis de Disney. Por no hablar de la cantidad de fantásticas referencias a leyendas orientales que contiene.
Lo mejor:
- La fantasía tan cercana que desprende. El contraste entre los dos mundos, los preciosos e increíbles escenarios.
- Los personajes tan auténticos, incluidos algunos secundarios, y la relación entre ellos.
- Los intereses por las artes marciales, los libros y el conocimiento interior, que parecen dotar la personalidad de los protas.
Lo peor:
- Quizá el final, que por momentos parece ralentizarse hasta llegar al momento álgido. Un rasgo característico en las pelis de este genio nipón que he podido observar, y que solo por eso no es una obra perfecta. Aun así, os recomiendo que la apuntéis en vuestra lista de "Cosas que merece la pena ver". No solo esta, también las otras 3 mencionadas del director.
Dicho esto, y antes de entrar en el meollo, deciros que ya antes había visto pelis de este director, sin saber que se trataba de la misma persona, así que esto más que una reseña es una recomendación múltiple. He aquí sus 4 películas, todas reconocidas con multitud de premios:
- La chica que saltaba a través del tiempo (2006).
- Summer Wars (2009).
- Los niños lobo (2012).
- El niño y la bestia (2015).
A raíz de esta última peli me declaro fan de Mamoru Hosada. Os recomiendo estas 4 pelis suyas porque son de lo más originales y, aunque no seáis muy de animación, os aseguro que os dejarán un muy buen recuerdo. Algo en común que tienen sus historias es que te es facilísimo implicarte desde los primeros minutos, dejándote llevar por lo que quieran contarte.
Ahora sí, vamos con El niño y la bestia.
Atención a lo que os voy a confesar, pues por 2 € que nos costó cada entrada, es sin duda la mejor película que he visto en lo que va de año, más incluso que sonados estrenos de Hollywood que llevan llenando la cartelera.
Se trata de una historia sencilla, aunque muy original y con unos personajes que enseguida se cuelan entre nuestros favoritos.
Todo empieza con la aparición de Kyuta, un niño triste y lleno de rabia al que, al morir sus padres en un accidente, son sus tíos los que se hacen cargo de su tutela. Indignado con la realidad que le ha tocado vivir, se escapa, para acabar deambulando por las calles de Tokio sin un rumbo fijo.
Justo en esos momentos de desconcierto y sin saber adónde ir, la casualidad quiere que se cruce con Kumatetsu, una criatura sobrenatural de leyenda de otro mundo. Un mundo habitado por bestias, muy cercano al nuestro (solo hay que encontrar los callejones adecuados que los comunican), donde Kumatetsu es uno de los dos grandes guerreros que se disputan el liderazgo por su región.
Cuando este guerrero, de métodos toscos y bastante rudo, se topa con el niño, ve algo en su mirada que le recuerda a él a su edad, y dejándose llevar por un impulso decide acogerlo como primer y único discípulo, alguien en quien legar todos sus conocimientos adquiridos, quebrantando una de las reglas más sagradas al llevárselo a su mundo, donde los humanos están prohibidos.
Como ya podréis imaginar, la relación entre maestro y discípulo no empieza con muy buen pie, siendo lo que más los define, es decir, su testarudez, lo que más los hace chocar. Pero debo decir que es en esta atípica relación donde reside su encanto.
Aunque poco a poco va forjándose una amistad entre ambos, y llegados a un punto no queda muy claro quien enseña a quien. Por cierto, algo también de 10 en esta peli: los secundarios. Me encantaron.
No quiero contaros mucho más porque la peli está llena de sorpresas, aventuras y viajes maravillosos. Solo os puedo decir que tiene una fantasía que me ha conquistado, muy cercana, que llega más que películas con muchos millones de presupuesto, y más entrañable que pelis de Disney. Por no hablar de la cantidad de fantásticas referencias a leyendas orientales que contiene.
Lo mejor:
- La fantasía tan cercana que desprende. El contraste entre los dos mundos, los preciosos e increíbles escenarios.
- Los personajes tan auténticos, incluidos algunos secundarios, y la relación entre ellos.
- Los intereses por las artes marciales, los libros y el conocimiento interior, que parecen dotar la personalidad de los protas.
Lo peor:
- Quizá el final, que por momentos parece ralentizarse hasta llegar al momento álgido. Un rasgo característico en las pelis de este genio nipón que he podido observar, y que solo por eso no es una obra perfecta. Aun así, os recomiendo que la apuntéis en vuestra lista de "Cosas que merece la pena ver". No solo esta, también las otras 3 mencionadas del director.