Título: El templo del jazmín
Autor: Corina Bomann
Páginas: 455
Año de edición: 2016
Género: Narrativa
Opinión personal
La fotógrafa Melanie Sommer acaba de llegar de un largo viaje de trabajo. Faltan pocos meses para su boda y ya lo tiene casi todo listo. Nada más llegar a casa escucha los mensajes que tiene en el contestador y uno de ellos lo cambiará todo. Su chico ha sufrido un grave accidente de tráfico. Con el miedo en el cuerpo sale corriendo hacia el hospital, donde le dan la fatídica noticia. Ha caído en coma y no saben cuándo despertará.
Tras tres meses de hospital, casa, casa, hospital, decide ir unos días al campo donde viven su abuela y bisabuela. Hecho que desagrada muchísimo a su suegra, que cree que está abandonando a su hijo porque ya no lo quiere. Con esta carga de conciencia, Melanie decide tomarse un respiro ya que la situación la ha superado, afectando a su salud.
Tanto su abuela como su bisabuela la acogen encantadas, haciéndole la estancia lo más agradable posible. Ellas tienen un museo de trajes de época. Son magníficas costureras y unas apasionadas de la moda. Cada semana reciben numerosos turistas. Con el objetivo de mantener a Melanie ocupada le encargan ordenar el desván. Allí descubrirá una foto de dos niñas junto a un cuento inacabado.
Llena de curiosidad, acude a su bisabuela Hanna haciendo preguntas sobre la foto y el cuento. La anciana, una sabia mujer con orígenes vietnamitas, le relata a la joven la historia de esa foto y muchos más relatos de su vida pasada jamás contados a nadie. Su infancia vivida en Saigón como hija de un rico funcionario del gobierno francés, su amistad con Than y el destino que les esperaba a ambas. Toda una vida hasta que llega a Francia y se convierte en una famosa diseñadora de moda.
Cuando empecé a leer este libro me enganché a la historia de Melanie y su novio en coma, pero cual fue mi sorpresa cuando descubrí la vida de Hanna, su bisabuela. No podía parar de leer. Cuando tocaba un capítulo donde se hablaba de la actualidad, lo leía con gusto pero con ganas de llegar al siguiente capítulo, esperando poder seguir leyendo sobre el pasado de esa anciana a la que me he encariñado muchísimo. Entrañable, cariñosa y fuerte. Dos historias, pasado y presente, que se entrelazan y conviven en armonía. Como lectora fiel de Amy Tan, ha sido inevitable no acordarme de ella leyendo los relatos de Hanna. Me atrevería a decir que si con este libro Corina Bomann no la supera, como mínimo la iguala en sentimientos y sensibilidad. Sin duda un libro que se suma a la lista de mis favoritos.
Tras tres meses de hospital, casa, casa, hospital, decide ir unos días al campo donde viven su abuela y bisabuela. Hecho que desagrada muchísimo a su suegra, que cree que está abandonando a su hijo porque ya no lo quiere. Con esta carga de conciencia, Melanie decide tomarse un respiro ya que la situación la ha superado, afectando a su salud.
Tanto su abuela como su bisabuela la acogen encantadas, haciéndole la estancia lo más agradable posible. Ellas tienen un museo de trajes de época. Son magníficas costureras y unas apasionadas de la moda. Cada semana reciben numerosos turistas. Con el objetivo de mantener a Melanie ocupada le encargan ordenar el desván. Allí descubrirá una foto de dos niñas junto a un cuento inacabado.
Llena de curiosidad, acude a su bisabuela Hanna haciendo preguntas sobre la foto y el cuento. La anciana, una sabia mujer con orígenes vietnamitas, le relata a la joven la historia de esa foto y muchos más relatos de su vida pasada jamás contados a nadie. Su infancia vivida en Saigón como hija de un rico funcionario del gobierno francés, su amistad con Than y el destino que les esperaba a ambas. Toda una vida hasta que llega a Francia y se convierte en una famosa diseñadora de moda.
Cuando empecé a leer este libro me enganché a la historia de Melanie y su novio en coma, pero cual fue mi sorpresa cuando descubrí la vida de Hanna, su bisabuela. No podía parar de leer. Cuando tocaba un capítulo donde se hablaba de la actualidad, lo leía con gusto pero con ganas de llegar al siguiente capítulo, esperando poder seguir leyendo sobre el pasado de esa anciana a la que me he encariñado muchísimo. Entrañable, cariñosa y fuerte. Dos historias, pasado y presente, que se entrelazan y conviven en armonía. Como lectora fiel de Amy Tan, ha sido inevitable no acordarme de ella leyendo los relatos de Hanna. Me atrevería a decir que si con este libro Corina Bomann no la supera, como mínimo la iguala en sentimientos y sensibilidad. Sin duda un libro que se suma a la lista de mis favoritos.