Título: La balada de Buster Scruggs
Director: Joel Coen, Ethan Coen
País: Estados Unidos
Año: 2018
Género: Western, Drama, Comedia negra
Opinión personal
Como sabéis, me encantan los compendios de historias, todas ellas reunidas en un todo, un ramillete de sensaciones. No importa si estas vienen dentro de un libro, una serie, o una película (como es el caso). Si pienso en un ejemplo parecido, se me viene a la memoria Relatos salvajes, una peli que disfruté mucho en su día y que siempre la acabo recomendando a quien sea (reseña aquí).
Pues bien, La balada de Buster Scruggs es otra genialidad de esas que son ideales para recrearse y dejarse llevar. Tanto es así, que es la segunda vez que la veo (y no soy persona de revisionar), y con cada visionado más la disfruto.
Se trata de un compendio de 6 historias, todas ellas independientes, ambientadas en el viejo y salvaje oeste, pero cada una con su propio tono y estilo. Os hablo muy por encima de qué me parecieron...
-La balada de Buster Scruggs.
Un alegre cowboy vestido de blanco viaja a lomos de su caballo blanco, cantando para pasar el rato y sin nunca perder la sonrisa. Han puesto precio a su cabeza, pero a él parece importarle poco, pues es uno de los hombres más rápidos manejando el revólver.
El cuento que da nombre a esta colección de historias. El único con un importante toque de humor negro, muy divertido y a su vez hermoso, con un final inesperado y sorprendente. Sencillamente delicioso, difícil de olvidar.
10/10
-Cerca de algodones.
Un atracador de bancos entra en un banco remoto y poco frecuentado. Parece el sitio idóneo para pegar un golpe, pero las apariencias engañan.
Puede que el más breve, pero no por ello menos interesante. Un relato lleno de ironía y drama, pero sin perder ese toque desenfadado.
8/10
-El mantenido.
Un viejo artista ambulante viaja en un carromato de pueblo en pueblo, ofreciendo su espectáculo a los lugareños. Con él viaja un chico sin piernas ni brazos, la estrella del show, este recita poemas de Shakespeare y todo tipo de obras clásicas ante el público. Un público medio analfabeto y vulgar, que en el fondo no sabe apreciar el arte; lo que, para desgracia del viejo empresario y el joven tullido, con el tiempo, sin apenas ganancias, la situación se va volviendo insostenible.
Quizá el relato más melancólico, y a su vez tiene algo que produce fascinación. Una historia que se te graba a fuego.
9/10
-El cañón de oro.
Un viejo buscador de oro y su burro llamado Suertudo llegan a un inmaculado valle montañoso. Paciente y experimentado, el anciano se instala junto a un riachuelo y comienza su búsqueda de ese ansiado filón de oro.
Visualmente es de una belleza sin igual. Solo por su apacible música y por sus hermosos paisajes ya merece la pena. El final te deja con una sonrisa.
9/10
-La mujer desconcertada.
Una joven y su hermano (un tipo con poca intuición para los negocios) se unen a una caravana de carretas que se dirige a Oregon. Allí piensan labrarse una nueva vida, pero durante el viaje en caravana a través de infinitas praderas ocurre una desgracia: él contrae el cólera y muere para sorpresa de su hermana, que, de un día para otro, se queda sin nada ni nadie en este mundo, sin familia y sin un céntimo. El futuro para la joven de repente se antoja de lo más incierto.
El cuento más largo, con algunos momentos de incertidumbre y otros esperanzadores. El final es de esos que te dejan con la boca abierta.
8/10
-Los restos mortales.
Cinco personas viajan en una diligencia de camino a Fort Morgan (Colorado): un inglés, un irlandés, un francés, una dama y un trampero. Durante el trayecto, mientras el atardecer va oscureciendo el día, cada uno habla un poco de sus vidas. Uno de ellos (un cazarrecompensas) le cuenta a los demás algunos detalles curiosos de su oficio, y les confiesa que el cadáver que va envuelto y amarrado al techo de la diligencia es de su propiedad. Tras este acto de sinceridad, los demás empiezan a inquietarse y a mirarlo con otros ojos.
El cuento que cierra esta colección, con unos personajes muy bien caracterizados, y ese toque siniestro y de escalofrío de las historias de antaño.
7/10
.....
Mi relación con las películas de los hermanos Coen siempre ha sido un tira y afloja. Me explico, casi todas me atraen cuando salen, pero luego, aunque en general las veo con agrado, no me encantan ni dejan en mí huella alguna. Solo dos me han gustado realmente (El gran salto y Arizona Baby). Y dicho esto, La balada de Buster Scruggs se ha convertido en mi favorita de los Coen.
Me encanta el western, esos personajes atrapados en una época llena de desalmados, donde la supervivencia a veces es muy jodida, esos paisajes áridos y polvorientos, y, a su modo, hermosos... Sí, soy consciente de que no a todos les gusta el género, y por eso mismo creo que esta película es ideal para vosotros, amantes o no del viejo oeste, porque las historias que aquí se dan cita son muy atípicas y originales, porque técnicamente (fotografía, banda sonora, interpretaciones...) es una absoluta maravilla. Sus seis relatos son muy diferentes, pues unos tienen un toque desenfadado y otros dramático, con finales sorprendentes (aunque no siempre justos para sus protagonistas), pero todos tienen en común el buen hacer, la soberbia puesta en escena y la facilidad con la que nos introducen en ellos.
Os aseguro que sus dos horitas pasan en un suspiro, porque te quedas con ganas de más. Recomendadísima.