Título: La familia Bélier
Director: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz
País: Francia
Año: 2014
Género: Comedia
Opinión personal
La película que voy a reseñar hoy es una tragicomedia, como la vida misma. Llena de alegrías y tristezas. Cuenta la vida de una familia campesina algo peculiar dedicada a criar vacas y producir leche y quesos. Como cualquier otra, afronta su día a día sin importarle las limitaciones que la mayoría de sus miembros sufre. Paula, la hija mayor, es la protagonista de la historia. Se verá obligada a elegir entre cumplir su sueño o quedarse con su familia, tan dependiente de ella.
Esta película no sólo se centra en la vida de Paula, sino que nos muestra perfectamente un mundo sin sonido y cómo ciertas personas se adaptan a sus posibilidades para salir adelante. Nuestra protagonista es una chica de unos 14 años y la única de su familia que escucha y habla. Tanto su padre, su madre y hermano pequeño son sordomudos, viviendo en el silencio más absoluto. Ella es el puente que les une con ese otro lado ruidoso, por lo que crece con una responsabilidad y dependencia sobre su familia distinta a la de cualquier chica de su edad.
Paula tiene asumido su futuro trabajando y ayudando a su familia en la granja hasta que, por casualidad, descubre que tiene una voz maravillosa, cuando el profesor de canto se fija en ella y rápidamente despierta sus ilusiones, animándola a presentarse en París a un examen de acceso para poder estudiar con los mejores de la música. Pero aprobar dicho examen supone dejar a su familia y... ¿cómo decidirse a ello cuando eres el oído y la voz de los que más quieres?
Entre tantas emociones, nuestra adolescente conoce el amor con la llegada de un nuevo chico al instituto. Es lo que la mueve a apuntarse al coro y así es como descubre su don. El profesor les propone a ambos un dúo para la actuación del colegio, que termina siendo un momento emocionante. Este chico se convierte en un gran apoyo para Paula.
Sin lugar a dudas, más allá de todo esto, la música es la pieza fundamental del rompecabezas que forma la película. La canciones son preciosas y ha conseguido que la historia me llegara aún más. Y luego hay dos escenas en concreto, para mí llenas de emoción. La primera es cuando el padre le pide que le cante, mientras pone su mano en la garganta de su hija para sentir cada estrofa. Qué duro debe ser eso. Y la otra escena es la del examen, que prefiero no contar para que os pase como a mí, que me emocioné al verla.
He de confesar que con el cine francés no puedo ser objetiva al 100% ya que es mi favorito. Ya sea por el paisaje, la música, los actores o las copas de vino alrededor de una mesa, siempre termina encandilándome. Esta es una hermosa historia donde resalta la importancia de luchar por tus sueños sin restar importancia a tu familia. Es fresca y ligera. Cuando he terminado de verla me he quedado con una sensación de buen rollo. Sólo por eso merece la pena verla.