Título: El mordisco de la medianoche
Autor: Anabel Samani
Páginas: 333
Año de edición: 2020
Opinión personal
Hoy os traigo la última publicación de nuestra querida Anabel Samani, a la que muchos ya seguís a través de su blog literario (podéis pinchar aquí si aún no lo conocéis). En concreto El mordisco de la medianoche, su segundo libro; al que catalogan como colección de relatos, y aunque no deja de ser cierto, yo prefiero verlo como una novela con relatos insertados en ella, que para mí es lo que es.
La novela arranca con Eleonor, una mujer que llega a una gran mansión que, para su sorpresa, ha heredado de su difunta abuela. Abuela a la que jamás conoció, pues su madre y esta dejaron de hablarse antes de que Eleonor naciera (no sabemos los motivos). El caso es que va a pasar unos días para decidir si se queda con ella o la vende. Durante su estancia, conoce a los miembros del servicio, que la atesoran de detalles curiosos de una vida desconocida para nuestra protagonista.
Sin embargo, una noche, atraída por unos ruidos estremecedores, acude a la biblioteca (en la parte baja) donde se encuentra con el fantasma de su abuela. Al mismo tiempo, ve en el suelo un libro llamado El mordisco de la medianoche; el libro que su abuela estaba leyendo cuando murió. Lejos de asustarse del fantasma de su abuela, siente curiosidad.
Mediante gestos y señales, el ente vaporoso le transmite su deseo de terminar de leer el libro que dejó a medias. Mirando entre sus páginas, Eleonor descubre que está lleno de relatos, así que por complacer la última voluntad del espíritu de su abuela comienza a bajar cada noche a la biblioteca, a leerle cada uno de los relatos del libro.
Vienen seis relatos. Paso a comentaros un poco cada uno de ellos y qué me han parecido...
-La sombra y la pesadilla. Relato cuyo título le va como anillo al dedo. Una chica tiene el don (o más bien la maldición) de ver los sueños de los demás cuando duermen; algo que le acarreará consecuencias, sobre todo cuando se topa con la persona equivocada.
Para abrir boca está muy bien este cuento. La última frase me gustó mucho, pues le da sentido a todo (como de costumbre, Anabel no da puntada sin hilo).
8/10
-La cabaña. Cabreada tras discutir con su pareja, una mujer se interna en el bosque, y lo que debía ser una excursión romántica, se convierte en una travesía en solitario. En su ofuscamiento, termina perdiéndose. Sin embargo, en lo profundo del bosque, cuando, desesperada, cree que pasará la noche al raso en mitad de peligros que acechan en las sombras, sus pasos la llevan hasta una cabaña.
Relato con cierto toque a predestinación, que se toma su tiempo en arrancar, descriptivo, haciéndonos partícipes de la angustia que se vive, pero cuyo misterio nos espolea a seguir leyendo para ver a qué siniestra realidad quiere conducirnos la autora.
9/10
-El Pozo de los Desesperados. En una retirada casita situada en un emplazamiento idílico, dos amigas conversan con una taza de té en la mano. La mujer más veterana, que siempre ha vivido allí, la previene de cierta ruta en sus paseos, desaconsejándole cruzar un río cercano, pues, según cuenta, al otro lado, un antiguo pozo de los deseos ha traído mala suerte a quien a él se ha acercado. Su amiga le promete no ir, pero la llama de la curiosidad se enciende en su corazón desde esta conversación.
Cuento que juega con la superstición y las leyendas urbanas, con un final previsible pero genialmente ambientado.
8/10
-El cuadro. A la protagonista de esta historia (una escritora) le llama poderosamente la atención un cuadro en una galería, y dejándose llevar por un impulso irrefrenable lo compra, pues siempre quiso tener una verdadera obra de arte. En la galería parecen encantados de deshacerse del cuadro, pero ella no le da importancia. Días después, la pintura del lienzo parece que empiece a cambiar como por arte de magia. Perpleja, cada vez más intrigada, la escritora comienza a recabar información sobre el pasado de dicha reliquia.
De los distintos relatos, tal vez el más perturbador y con el final más agridulce.
7/10
-La semilla. En una granja abandonada de un pueblo, un par de gemelos sufren un accidente con una planta extraña. Un suceso sin aparente explicación que, lejos de ser un caso aislado, se convierte en una pesadilla de grandes proporciones que acaba salpicando a toda una comunidad.
El relato más extenso de esta colección de terrores nocturnos, con ecos de El color surgido del espacio (H. P. Lovecraft), pero con el estilo de algunas de las mejores historias de la primera etapa de Stephen King. Quizá el relato que más me absorbió. El final te hace volver a releer el principio.
9/10
-La muñeca nueva. Un cuento corto pero desasosegante que, desde la percepción de una niña pequeña, nos introduce en una historia de demonios y posesiones.
Quizá lo llamativo del relato sea la parte paranormal que gira en torno a una muñeca, pero a mí me resultó más significativa la insana relación de manipulación entre una madre y su hija, o cómo los adultos en ocasiones somos verdaderos egoístas.
8/10
.....
Ya antes había conocido la pluma de Anabel con La caja vacía (reseña aquí), y si en aquel entonces me encantó, esta vez lo ha vuelto a hacer. Si soy sincero, no sé cuál de los dos me gustó más, creo que están ahí ahí a la par.
Los relatos de El mordisco de la medianoche se van alternando con la propia trama del fantasma de una abuela y su nieta. Y sobre el final de esta en concreto, la novela que funciona como hilo conductor, no es lo que esperaba, pues me dejó cierto regusto agridulce (por cómo terminan las cosas para todos), pero viéndolo ahora desde cierta perspectiva, reconozco que es el que le iba o, dadas las circunstancias, el más convincente.
Siempre me han encantado las historias dentro de otras historias, ya me conocéis, y esta vez no iba a ser menos. Personajes con dones sobrenaturales, brujería, lugares prohibidos, objetos malditos, naturalezas dotadas de conciencia que se rebelan contra el orden establecido, demonios atrapados en un cuerpo inanimado... Todo eso y más es lo que encontraréis aquí. Un libro que si os gusta el terror y el misterio no deberíais dejar pasar.