Título: El gran Gatsby
Autor: Francis Scott Fitzgerald
Páginas: 185
Año de edición: 2014
Género: Narrativa
Opinión personal
Años 20. Época del jazz, el glamur y el despilfarro.
Nick Carraway (el narrador de esta historia) proviene de una familia acaudalada. Pero cuando se muda a la ciudad de West Egg en la próspera Long Island para labrarse un porvenir en el mundo de las finanzas, se topa de lleno con un entorno de gente millonaria, magnates excéntricos que nadan en dinero, donde él es un simple desconocido que no destaca por nada.
Su nueva casa linda con la mansión de un tal Gatsby, su vecino. Un tipo extraño que suele dar unas fiestas despampanantes y al que ni sus propios invitados consiguen ver a menudo, lo que lo convierte en objeto de todo tipo de rumores y cuchicheos y le da un halo de misterio y morbo.
Aunque, gracias a Nick, que lo conoce en una de estas multitudinarias fiestas, descubrimos más acerca de él.
Gatsby, un millonario hecho a sí mismo. Un tipo de orígenes humildes que, a fuerza de prosperar y relacionarse bien, llega a la élite de una sociedad ebria de lujos y frivolidades. Después de hacer carrera en el ejército, empieza a medrar a base de negocios turbios que lo hacen ascender en esa escala social.
La admiración y lealtad de Nick hacia el tal Gatsby es casi instantánea; cosa que no entendí, pero bueno, intenté dejarme llevar.
También tenemos a Daisy. Gatsby estaba enamorado de ella en su juventud, pero al no estar a su alcance (por aquella época solo era un pobre diablo con los bolsillos vacíos), se alejó con la promesa de regresar hecho un caballero digno de su posición. El destino vuelve a unirlos, pero ahora Daisy es madre y está casada con Tom, un petulante ricachón que poco disimula sus escarceos amorosos fuera del matrimonio.
La verdad, tampoco es que ella me pareciera mejor que él. Todo lo que tiene le viene heredado y está acostumbrada a salirse con la suya, de esas personas caprichosas que están en la creencia de que el dinero todo lo puede.
Luego está Jordan, una amiga íntima de Daisy, con quien Nick Carraway (el narrador de esta historia) inicia un coqueteo. Ella es una celebridad en el mundo del golf profesional.
"-Sea como sea..., la cuestión es que da grandes fiestas -dijo Jordan, cambiando de asunto, con un cortés desagrado hacia los temas concretos-. Y las grandes fiestas me gustan, son tan íntimas..., las fiestas íntimas carecen de intimidad."
El estilo me resultó rimbombante y pretencioso, plagado de adjetivos grandilocuentes y poco naturales que poco o nada le van al texto. La novela está impregnada por un halo de romanticismo melancólico casi impostado; no sé si víctima de la época (a la que perteneció el autor) o por qué razón.
Como muchos ya sabéis, esta es la obra más reconocida del autor, que casualmente este año cumple un siglo de su publicación. Qué queréis que os diga, a mí me dejó un poco frío. Sinceramente, con la fama que tiene me esperaba más. Para lo corto que es, hasta me costó acabarlo. A pesar de tener la extensión de una novela, me dio la impresión de leer más bien un relato largo, pues apenas pasan cosas (salvo el tramo final, donde los acontecimientos se precipitan hacia un destino funesto) ni los personajes tienen un desarrollo o una evolución como para verlos en perspectiva.
Para ser una obra cumbre del siglo XX, que de hecho otros célebres autores recomiendan, me parece bastante sobrevalorada. Aunque esto es subjetivo, son mis impresiones tras la lectura. Mi consejo es que si sentís curiosidad os hagáis con un ejemplar, pues me consta que a gente que conozco le encantó.
.....
Después de leer esta obra, vi sus dos adaptaciones más conocidas.
La más antigua (1974), protagonizada por Robert Redford, es de ritmo pausado y muy fiel al libro.
La más reciente (2013), protagonizada por Leonardo DiCaprio, es de ritmo acelerado. Y pese a que la elección de los actores me encantó, me resultó muy artificial y caótica; como casi todo lo que hace su director (Romeo + Julieta, Moulin Rouge!, Elvis...), que abusa tanto de las escenas por ordenador y de los zooms de cámara que más que películas parecen videoclips de música.
Sea como sea, a groso modo ambas son fieles al libro. Puede que por eso me dejaran tan indiferente. Una cosa sí tengo que reconocer, y es que con las películas me quedaron claro algunos detalles que en cambio con el libro se me pasaron por alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario