Título: La librería de monsieur Picquier
Autor: Marc Roger
Páginas: 223
Año de edición: 2020
Género: Narrativa
Opinión personal
Hay libros que te entran por los ojos. Fue mi caso con esta novela. La portada me sigue pareciendo una maravilla, con esa imagen superpuesta, como si vieras a través de un espejo. Pero si además acompaña una historia atrayente e interesante, mejor que mejor.
El libro comienza con Grégoire, un joven de 18 años que, tras dejar los estudios, empieza a trabajar en una residencia de ancianos. Esos sitios deprimentes que están ahí, que existen, aunque a muchos nos cueste creerlo. De hecho, este chico es el narrador (rara vez he sido muy entusiasta de la voces narrativas en 1ª persona, pero en esta ocasión confieso que me ha convencido plenamente, pues el lenguaje está muy bien adaptado a la forma de ver las cosas de un joven, a su manera de expresarse).
"En cuanto a las personas con alzhéimer, nivel cero en la escala de lo viviente, ninguna respuesta al cencerro, a mi "Buenos días", ni sienten ni padecen (...). Soñolientos, tumbados en la cama o sentados en la silla de ruedas, guardando un silencio de planeta dormido, observo cómo acaban estas vidas de la peor manera. Solo las yayas todavía vivarachas me reciben como un nieto al que solo ven en Navidad. Me achuchan con ese dulce afecto que ha quedado vacante."
Sin cualificación ninguna, y de familia humilde, Grégoire es el chico nuevo en la residencia, desempeñando funciones multitarea, lo mismo en la cocina, la lavandería o allá donde se le requiera. Y es entre las paredes de este centro donde conoce al señor Picquier, un viejo librero, entablando una gran amistad con este.
La habitación del anciano es muy curiosa, llena por completo de libros del suelo al techo, sus mayores tesoros.
Un día sin haber leído es un día perdido, suele decir el señor Picquier. Aunque, por lo que ha observado Grégoire, no recuerda haberlo visto con un libro en la mano desde que está allí. ¿Por qué? Es contradictorio.
Pronto descubrirá que el anciano se está quedando ciego. Es entonces cuando el viejo librero le propone algo: que el joven lea para él. Grégoire, que siempre fue mal estudiante, y al que los libros le imponen tanto respeto, no termina de verlo, pero apiadándose del pobre Picquier, termina aceptando. Pero lo curioso de esta historia es que es el anciano (y no al revés), el que le hace un favor al joven, descubriéndole un mundo maravilloso, el poder de la literatura.
Para ello, el viejo librero escoge con cuidado sus primeros libros, conduciéndolo por un camino de autores y obras potentes que de un modo u otro entrañan enseñanzas. Grégoire, por su parte, se convierte en un lector experimentado, enriqueciendo su vocabulario, su dicción, aprendiendo la importancia de las pausas, los silencios, convirtiéndose poco a poco en alguien con gusto y criterio propios. Sus lecturas incluso comienzan a contagiar a otros de la residencia.
"Mis lecturas de salón, como las llama la directora, congregan a una veintena de personas, nunca más, sobre todo mujeres. La parte masculina del público se reduce a su porción correspondiente por dos motivos: el primero, que no dan demasiada importancia a esas "historias para mujeres", y el segundo, porque los hombres viven menos. Sin afirmar que el segundo motivo se deduce del anterior, el señor Picquier cita muy a propósito a Christian Bobin: "Mientras alguien nos hable, morir es imposible.""
Siempre me han atraído las historias de amistad intergeneracional, el que casi empieza a vivir, con ese ímpetu y esa rebeldía, y el que está en su recta final, y se marchita, y vuelca su amor y su experiencia en la juventud.
Otra de las cosas que me llamaba la atención del libro es el sitio en el que se desarrolla, esos lugares donde la esperanza no tiene cabida. Os confieso que la vejez suele ser una de mis obsesiones, me entristece llegar a esa etapa (tan siempre presente en algunas de mis historias). Y dentro del drama, el retrato que el autor hace es muy natural, regalándonos reflexiones de vida, momentos muy interesantes, y hasta situaciones disparatadas donde el humor y el cariño están muy presentes.
El final no es el que yo había imaginado, y las últimas 20 páginas no sé por qué me resultaron poco satisfactorias, tomando la novela un rumbo que me dejó un tanto frío. Solo por esto le bajé la nota final, pero es una opinión totalmente subjetiva, y que seguramente otros muchos no compartan. Y a pesar de este detalle, es una historia que recomiendo porque toca temas universales como el amor, el sexo, la amistad, la vejez, la muerte, la soledad, el autodescubrimiento, la pasión por los libros... Y otras cuestiones dignas de estudio. En definitiva, una historia sincera, íntima, llena de contrastes, emotiva y vitalista.
Tiene muy buena pinta. Tomo nota para más adelante. Un beso.
ResponderEliminarMe alegro que te llame la atención.
EliminarUn beso, Aliena ;)
Mmmmm por un lado me llama, por otro no tanto; indagaré un poquito más por ahí.
ResponderEliminarUn beso, Ray.
Espero que lo disfrutes si finalmente te animas con él.
EliminarUn beso, Anabel ;)
¡Hola! ^^
ResponderEliminarEn principio no lo veo para mí. He probado a leer libros de autores franceses, y la experiencia no ha sido muy positiva. Igual luego leo este libro y me sorprende, pero viendo tu opinión sobre el final, no sé que pensar.
Un beso!
No lo veo muy de tu estilo. Pero bueno, nunca se sabe.
EliminarUn beso, Mary ;)
¡Hola! pues una propuesta curiosa la que nos traes hoy, Ray (no lo conocía). No suelo elegir libros por las cubiertas, aunque muchas me llamen y me hagan ojitos, porque conociéndome como me conozco, pues las posibilidades de abandono son elevadas, sin saber nada de nada de lo que trata, o por donde van los tiros.
ResponderEliminarCreo que el señor Picquier me copió la frase, jeje, lo digo y me lo digo mucho, "Un día sin haber leído es un día perdido". También me gustan las historias con amistades intergeneracionales, pero la ambientación en una residencia, eso me tira un poco para atrás, porque esos lugares me parecen muy tristes. Y además, ese final..., pues no sé, lo pensaré
Besos
Sí, pienso igual que este viejo librero, un día sin leer es un día incompleto.
EliminarRealmente es una historia la mar de curiosa, pero si no te termina de llamar o no lo ves claro, mejor lanzarse a por otro libro.
Un beso, Marian ;)
Creo que ese libro me gustaría. Chico joven rodeado de ancianos. Gente inexperta junto a gente sabia. Y a las residencias de ancianos hay que prestarle su atención. Sí, sí, creo que me gustaría este libro. No lo conocía y lo apunto. Besos
ResponderEliminarMe alegra que te haya llamado la atención, Marisa. La verdad es que tiene una serie de ingredientes que lo convierten en un libro bastante interesante. Ya me contarás.
EliminarUn beso ;)
¡Hola, Ray! Coincido contigo en que la portada es genial. Debo confesar que lo que más me preocupa es cómo llegaré a la vejez, y es que al ver los últimos años de mi padre, enfermo y débil, después de haber sido un hombre tan vital, despertó ese miedo en mí. Fue por eso que decidí hacer un cambio en mi vida, como comer más sano, hacer ejercicio, meditación y sobre todo, alejarme de personas negativas (sean familia o supuestos amigos) que nada aportaban a mi vida y creo que desde ese momento, empecé a sentirme mejor y no solo eso, siento que estoy, desde ya, cuidándome para al menos tener una vejez digna. Estoy segura que este libro me hará reflexionar mucho, por lo que lo tendré muy en cuenta. Gracias por la reseña. ¡Besos!
ResponderEliminarSí, a mí la vejez también es algo que me inquieta bastante. Pues oye, firmo todas esas cosas que mencionaste que empezaste a hacer desde hace un tiempo, me parece la mejor mentalidad (ejercicio, alimentación sana, alejarse de personas tóxicas...). Aunque a veces sea difícil de llevar a cabo al 100%, pero bueno, querer es poder, creo que es una actitud inspiradora.
EliminarRespecto al libro, aunque al final no me encantó, pero sí me resultó interesante.
Un beso, Marita ;)
A mí este tipo de lecturas también me gustan mucho. Has leído El club de lectura para corazones solitarios? También es de Duomo y fue una de mis lecturas del año pasado! La portada desde luego es chulísima, y apuntado queda! Un besote!
ResponderEliminarMe alegra que te lo lleves apuntado, Raquel. A ver qué te parece.
EliminarNo lo conocía, no, pero ahora mismo voy a echarle un ojo. Me encanta que me recomendéis cositas interesantes. ^^
Un beso ;)
Ay, ay, ay, con los finales. Es que influyen tanto en la sensación que te va a dejar la lectura.
ResponderEliminarPor otra parte, la historia es muy bonita y emotiva y al estar bien llevada, suma muchos puntos a favor.
Yo también me rayo mucho con lo de la vejez y más viendo cómo se está perdiendo el respeto y el casi desprecio a veces de los más jóvenes hacia los mayores.
La portada es muy guay.
Besos
Por tus palabras, no me quedó claro si ya lo leíste o no, pero si no lo hiciste, te lo recomiendo. A lo mejor a ti te gusta más. Sí, esto de los finales es delicado, a veces pueden cargarse una buena historia; que tampoco es el caso, porque a pesar de ese detalle que comento disfruté del durante. En fin, cada lector es un mundo, jajaja.
EliminarUn beso, Norah ;)
Hola, me gustan las historias que giran entorno a los libros, y está tiene por lo que cuentas una historia potente detrás, porque no es cualquier cosa el abrirle a otros la puerta al mundo mágico de los libros, aunque sea en un lugar tan deprimente como una residencia de ancianos.Una pena que el final no te haya aportado la calidez del resto de la historia, aún así me lo apunto que me llama todo, desde la portada. Besos.
ResponderEliminarExacto, Mar, eso que comentas es precisamente lo que me atrajo a querer leerlo, historia que gira en torno a los libros. Y en ese sentido cumple su cometido. Creo que podría gustarte. Ya me contarás.
EliminarUn beso ;)