De tal padre, tal hijo

Título: De tal padre, tal hijo

Director: Hirokazu Koreeda
País: Japón

Año: 2013

Género: Drama

Opinión personal

Hoy os hablo de una película de esas que dejan huella. Tras verla, se me ha quedado en la mente y eso me encanta, porque es señal que me ha calado. Por todo esto, os la traigo esta semana.

Cuenta como las vidas de dos familias se ven truncadas por un acto de egoísmo absoluto 6 años atrás. Personas que sin tener nada que ver unas con otras, resulta que tienen en común lo más importante para unos padres.

Por un lado está la familia Nonomiya, formada por Ryota, un adinerado arquitecto cuyo trabajo ocupa la mayor parte de su tiempo, dejando de lado lo más importante, su mujer e hijo. Es un hombre muy serio y recto. Será el personaje que más evolucione y cambie a lo largo de la película. El pequeño Keita, a sus 6 años, es un niño sometido a una educación estricta, donde los tiempos de ocio están medidos y el desarrollo intelectual prima sobre el resto de cosas. Midori es la madre de la familia y dedica su día a día a cuidar de su hijo y es quien está con él realmente.

Y por otro lado está la familia de Yudai, un comerciante de barrio humilde que vive con su esposa y tres hijos. A diferencia de los Nonomiya, en la casa de esta otra familia abundan las risas y los juegos. El padre disfruta pasando el tiempo con los suyos, dejando en un segundo plano las obligaciones laborales.

¿Qué puede unir los caminos de ambas familias tan dispares? Pues bien, hace 6 años, cuando nacieron Keita y Ryusei, los niños de una y otra, una enfermera llena de odio por cuestiones personales decide intercambiar ambos bebés. Toma el pequeño de la familia más humilde del hospital y el de la más rica y los cambia. En la actualidad, tras una rutinaria revisión médica descubren lo sucedido entonces.
Ahora, se ven obligados a decidir qué hacer: intercambiar a los niños para que así cada familia se quede con su hijo biológico, o quedarse tal como están.

Ponerme en el lugar de cualquiera de las madres me provoca escalofríos. En la tesitura que se ven yo no sabría qué hacer, la verdad. Tengo claro que acogería a mi hijo de sangre y lo querría por siempre, pero lo que me partiría el corazón sería separarme del crío que ha crecido junto a mí. Aunque tampoco me gustaría ver sufrir al recién llegado porque eche de menos su hogar. Desde luego, da que pensar.

La historia está llevada de maravilla. El reparto es magnífico. Cabe destacar el papel que hacen los niños que parece que no actúen. Me ha gustado mucho la evolución que sufre Ryota. Sin lugar a dudas, es quien más ve cambiada su vida y la manera de mirarla. Merece la pena ver esta película. Hoy en día es difícil encontrar historias como esta.