Mad Max: Furia en la carretera

Título: Mad Max: Furia en la carretera

Director: George Miller
País: Australia

Año: 2015

Género: Ciencia ficción, Acción

Desde que vi el primer trailer hace ya meses he ansiado verla. Con solo ver esa estética tan rabiosa supe que tenía que ser algo grande; el hecho de estar dirigida por el creador de la antigua trilogía de los 80 ya le añadió puntos.
La semana pasada empecé a hacerme eco de las primeras opiniones. Citaré solo dos comentarios sacados al azar de un par de críticos de distintas web de cine, bastante exigentes por cierto:
-"Dos horas trepidantes, tan agotadoras y a la vez maravillosas como lo puede llegar a ser un polvo. Y no hay nada mejor que echar un buen polvo. Bueno, sí, echar un polvazo. Mad Max: Furia en la carretera vendría a ser el equivalente cinematográfico de ese polvazo."
-"Mad Max: Furia en la carretera HUMILLA a todas las películas de acción de la década."

Ante tales elogios, sumado a mis ya altas expectativas, me pregunté: ¿será para tanto o exageran?

Opinión personal

Hablamos de una historia sencilla, y por ello poderosamente efectiva:
En un mundo futuro, marchito, deshumanizado y recalentado, Mad Max huye de su turbulento pasado creyendo que al ir por libre le irá bien. En su camino será apresado por unos desalmados y llevado a una ciudadela, allí donde todos rinden pleitesía a Immortan Joe, un tiránico Señor de la Guerra que toma por la fuerza cualquier cosa que se le antoja, controlando los escasos suministros de esta urbe y jugando por tanto con el destino de miles de vidas.

Nuestro protagonista tratará de huir de este desquiciante lugar donde la esperanza de vida es muy corta. En su desesperada huida coincidirá con una Emperatriz de élite: Furiosa. Juntos, acompañados de otros rebeldes, emprenderán un viaje imposible en busca de esperanza... algo tan frágil y falto de sentido en un mundo apocalíptico donde sobrevivir un solo día ya es una proeza.

Absteneos de ir a verla buscando una trama compleja, pues solo encontraréis acción pura y dura. De hecho tampoco priman los diálogos, centrándose básicamente en lo que mejor le va a esta historia, que no es ni más ni menos que espolear nuestras emociones desde el minuto uno. Esta película es una carrera de infarto a través del desierto, una contrarreloj salvaje donde lo que impera es la ley del más fuerte, en donde hasta en los momentos de relativa tranquilidad se palpa la tensión, una tensión que, más allá de la belleza estética de cada secuencia y cada fotograma (poesía en movimiento), no te soltará hasta que todo termina.

Y cuando terminó, y la última escena se funde con el negro de los créditos, recuerdo que le dije a Moniki: "¿Y ahora qué? ¿Qué voy a hacer a partir de ahora con mi vida? ¿Cómo podré volver a la normalidad?".
Nos miramos unos segundos y nos echamos a reír.

En resumidas cuentas, espectáculo visual en letras mayúsculas y una clase magistral a la hora de hacer cine de acción (acción real, no la ramplona y artificiosa hecha por ordenador a la que estamos acostumbrados y que intoxica la cartelera actual) por una de las mentes más visionarias de nuestro tiempo, pues la imaginación y la estética de este mundo están retratadas con cientos de detalles que, incluso para los más despiertos o curiosos, pueden pasar desapercibidos por lo frenético de las secuencias.
El rodaje según leí, en el desierto de Namibia, fue bastante costoso y más largo de lo previsto, pero el resultado ha merecido la pena.

Estamos ante una de esas películas llamadas a convertirse, con toda certeza además, en obra de culto. ¿Es necesario haber visto la trilogía antigua para entenderla?, me preguntaréis algunos... No. Para nada. Aunque los que ya la hayáis visto más o menos podéis haceros una idea de cómo es este mundo.
Para terminar, solo quiero decir una última cosa: me declaro fan incondicional de Furiosa. Solo por conocer a este personaje ya merece ver la película.

Os animo a vivir la experiencia en pantalla grande, donde únicamente se despliega todo su potencial. A falta de futuras propuestas más interesantes, quizá, posiblemente, lo mejor del año.