El hijo de Jean

Título: El hijo de Jean

Director: Philippe Lloret
País: Francia

Año: 2016

Género: Drama

Opinión personal

Mathieu ha crecido sin conocer a su padre. Según su madre, fue un rollo de una noche y nunca más lo volvió a ver. Actualmente vive en París, tiene 33 años, está separado y tiene un hijo. Un día recibe una llamada desde Canadá de un desconocido que dice ser amigo de su padre. Este hombre le cuenta que ha fallecido y le gustaría enviarle un paquete que le dejó en herencia.

Al enterarse de que tiene dos hermanos, habiendo sido siempre hijo único, la curiosidad por conocerlos lo lleva a coger un vuelo a Montreal días antes del entierro. Una vez allí, es el amigo del padre, el que lo llamó, quien lo recoge y se encarga un poco de acompañarlo. Al principio se muestra bastante reacio a su visita. No cree que sea buena idea que en un momento como este aparezca contando su historia.

Al parecer, su padre estaba pescando en un lago, cerca de una cabaña que tiene la familia, y le debió de dar un infarto y cayó al agua. Ya había sufrido dos infartos y le habían avisado de que se encontraba en riesgo. Como no fue encontrado, los hijos salen a buscar el cuerpo. Es entonces cuando el amigo de la familia decide acompañarlos en la búsqueda con Mathieu, al que pide que no cuenta nada sobre quién es él en verdad.

La excursión a la casa del lago no sale como era de esperar porque los hermanos no se llevan nada bien y se pasan todo el rato discutiendo y echándose cosas en cara. Mathieu queda algo decepcionado y desanimado, por lo que decide volver incluso antes del entierro.

Aunque en un principio se alojaba en un hotel, la familia del amigo de su padre lo acoge en casa durante el tiempo que está allí, y Mathieu termina conectando con la hija del matrimonio, que debe ser de su misma edad. Ella es madre soltera de dos niñas y vive fuera. Entre ambos surge una bonita amistad.

Un drama familiar con mucho encanto. Es bonito el hecho de que la familia del amigo de su padre se convierte durante muy poco tiempo en su familia sustituta. Se siente como en casa y es muy agradable la sensación que transmite. Es entrañable y emotivo la necesidad que el protagonista tiene por saber sobre su padre y su historia. El final es una de mis partes favoritas de la película porque es simplemente perfecto. Para mí es una película que todo amante del cine europeo debería ver.