El sacrificio de un ciervo sagrado

Título: El sacrificio de un ciervo sagrado

Director: Yorgos Lanthimos

País: Reino Unido

Año: 2017

Género: Thriller psicológico, Drama

Opinión personal

Esta peli cayó este finde pasado, así que la tengo fresca. De todas formas, es imposible de olvidar. Ya os adelanto que es muy impactante.

Steven es un prestigioso cirujano casado con Anna, una reputada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob.

Steven entabla amistad con Martin, un chico de dieciséis años, con el que queda cada vez con más frecuencia, cuando encuentra algún hueco al salir del trabajo. Pertenecen a mundos diferentes, pues mientras el hombre es de una clase social alta, el muchacho tiene una vida exenta de lujos y comodidades. Pero, ¿entonces? ¿Qué los une?

Al parecer, el chico es huérfano de padre, al que estaba muy unido. Para colmo tiene algún tipo de trastorno mental. De hecho, Steven, como cirujano, intervino en la delicada operación del padre, de la que no se pudo hacer mucho. El muchacho le da pena, y sintiéndose de algún modo en deuda, intenta protegerlo.

Martin, por su parte, ve en Steven una figura paternal, y llegado un momento empieza a demandar más y más su atención, convirtiéndose en algo casi obsesivo. Steven intenta poner cierta distancia, cada vez más ocupado con su atareada vida, entre el trabajo y su familia.

Martin, en un intento desesperado por verlo más a menudo, llega hasta inventarse dolencias con tal de tener algún encuentro con él y charlar un poco.

Y en medio de todo esto, de repente, el hijo pequeño de Steven cae impedido. Sencillamente, las piernas han dejado de funcionarle, ha perdido la movilidad. Así, de un día para otro. Siendo el matrimonio tan influyente, comienzan a contactar con distintos profesionales, los mejores de cada campo, a hacerle pruebas médicas al pequeño.

Ante tan repentina situación, las tensiones y las discrepancias hacen mella en la pareja, pues tienen distintas formas de encarar la extraña e inexplicable enfermedad de Bob. Uno piensa que el origen está en algo físico, mientras que la otra en algo psicológico.

Para mayor locura, Martin, más insistente que nunca, consigue que Steven le conceda unos minutos un día. Y es aquí cuando el muchacho destapa sus cartas. Un giro aún más siniestro. ¡Una bomba! Y no cuento más para no chafaros lo que acontece.

Steven se revuelve, y enseguida hace que un par de agentes de seguridad lo echen a patadas de su clínica, donde su propio hijo está ingresado.

Lejos de darle crédito a las palabras de Martin, Steven se centra en la ciencia, en las constantes pruebas médicas, que, para su desgracia, día tras día, no aportan nada relevante. En principio achaca la amenaza del muchacho a desvaríos de una mente trastornada, un intento más de llamar la atención, pero cuando, de pronto, una semana más tarde, su hija mayor (una adolescente introvertida), también cae inmóvil de las piernas, los peores miedos se desatan.

El ambiente de la película es sobrio, diría que incluso frío. Los propios actores interpretan a personajes contenidos, llenos de dilemas morales, de claros y oscuros.

Es la tercera película que veo de Yorgos Lanthimos (antes vi Langosta y La favorita, ambas sobresalientes), un director que, lo tengo clarísimo, no deja indiferente a nadie, se ve que le encanta provocar. Y de las tres que vi, esta es con diferencia la más siniestra, la más angustiosa, pues te deja el cuerpo con cierto mal rollo; y al mismo tiempo es hipnótica, ya que una vez la empiezas es imposible levantar el culo del asiento. La expectación es máxima, solo te preguntas cómo diablos va a terminar esta macabra encrucijada.

De lo mejorcito que he visto este año. Un thriller psicológico, pero desde mi punto de vista muy cercano al terror, pues lo que plantea es muy bestia.