Título: Matrioshka
Autor: Carlton Mellick III
Páginas: 131
Año de edición: 2019
Género: Terror, Fantasía
Opinión personal
Como ya sabéis, leer a Carlton Mellick ha sido para mí toda una revelación, un hallazgo que ha hecho que adore su particular sentido del surrealismo. El año pasado, su inolvidable La casa de arenas movedizas fue mi mejor lectura del 2020, que ahí es nada. Como es obvio, Matrioshka tenía que caer sí o sí. Ojo, aviso para navegantes, de momento son las dos únicas novelas del autor traducidas al español, ahí lo dejo (... Estáis tardando).
Dicho esto, vamos al lío...
Benjamin Hammond (el protagonista absoluto de esta delirante historia, nuestro narrador en primera persona) se ha enamorado de Ynaria, una chica bastante especial; tanto, que ni siquiera es humana, porque es una muñeca rusa. Sí sí, tal como habéis leído. Aunque en realidad no es un juguete de madera como tal. Veréis, en la realidad a la que nos traslada la historia, en el mundo hay una subespecie humana llamada matrioshka. Estos individuos tienen una peculiaridad, y es que dentro de ellos viven más personas.
Bien, si le echáis imaginación y decidís jugar según las reglas de esta novela, creedme, lo vais a pasar de miedo.
Aunque el trato entre ambas especies es cordial, apenas se han dado nunca relaciones entre humanos y matrioshkas; por lo que, cuando, en un acto de impulsividad, de puro amor, ambos deciden que quieren casarse, el entorno de una y de otro no parecen muy animados con la noticia, sino más bien todo lo contrario.
En el caso de Benjamin, por ejemplo, cuando se lo cuenta a sus mejores amigos, estos, lejos de alegrarse por él, intentan hacerle entrar en razón, insinuándole que es un locura.
"-Esto es diferente, tío. Tiene todo lo que busco en una mujer. Es perfecta.
Mark se echa a reír.
-Eso dices ahora, pero no va a durar. A lo mejor ahora te gustan todos sus defectos estrafalarios, pero el amor acaba por disiparse. Esos defectos pasarán de monos a molestos, y ella dejará de aguantar tus tonterías. Se acabó el salir a beber con tus amigos. Se acabaron los videojuegos. Se acabó el dejar los calzoncillos tirados en el suelo. Y al final os guardaréis rencor el uno al otro por ello.
-No la conoces como yo. -Niego con la cabeza-. Ella no es así. No es como las otras chicas.
-Ese es el problema -interviene Rick, quien de este modo rompe su silencio-. Que no es como las otras chicas."
Cuando, unos días más tarde, Ynaria lo lleva a él a conocer a sus padres, la situación tampoco es muy diferente...
"-Sonríe. No estás sonriendo.
-¿Por qué tengo que sonreír? -pregunto.
-Porque vas a conocer a mis padres. Tendrías que estar entusiasmado.
-Pero estoy nervioso. ¿Y si no les gusto?
-Si no sonríes, seguro que no les vas a gustar.
Pongo una sonrisa a todas luces falsa en la cara, e Ynaria llama al timbre. Se gira hacia mí y me dice:
-Deja de sonreír. Pareces un loco.
Así que dejo de sonreír."
Durante la comida en la casa de los padres de ella, estos no dejan de observar de reojo a Benjamin, casi molestos por la decisión que han tomado. No solo se enteran de que su hija tiene novio, sino que ahora deben aceptar que se casen. Su Ynaria, ¡con un humano! Menudo disparate. ¡Cómo saldrían los hijos de esta grotesca unión! Por no hablar de que, allá adonde fueran, nadie los aceptaría...
Al principio los padres mantienen las formas, aunque la situación es bastante tensa. Pero más adelante le dicen a Benjamin que les darán su consentimiento con una condición: que pase la Prueba. El padre de Ynaria da por sentado que Benjamin no la pasará. Este, sin saber muy bien en qué consiste, acepta sin titubear, en un intento por demostrarle que lo suyo con su hija va muy en serio.
Pero ¿qué es la Prueba? Bueno, según la tradición matrioshka, consiste en que la pareja se aísle en una casa cerrada con el fin de que todas sus capas internas se conozcan entre sí.
El día de la Prueba, un sacerdote matrioshko le da un móvil a Benjamin y le dice que su número está grabado en la agenda, que si en algún momento decide abandonar, solo tiene que llamarlo. Después de esto, la pareja entra en una casa extraña sin ventanas y, una vez dentro, alguien les cierra la puerta por fuera.
Es entonces cuando a Benjamin le empiezan a entrar las dudas. ¿Y si no le gustan las otras personalidades de Ynaria? ¿Y si resulta que son demasiado diferentes? ¿Y si...? Su única salida es que él se enamore de todas y cada una de ellas. Solo si pasa la Prueba, sabrán que realmente están hechos el uno para el otro. Pero... claro, no imagina lo que le espera, pues cada capa de ella es más extraña si cabe. Ynaria está llena de sorpresas.
"La habitación se llena de un penetrante olor a pescado. No puedo evitar taparme la nariz cuando se desliza por el suelo hacia mí.
-Abrázame -me pide, y me rodea con sus brazos húmedos.
El olor es tan fuerte que tengo que respirar por la boca, pero la abrazo de todos modos. Recuesta la cabeza contra mi estómago y su pelo tentacular me rodea la cintura. Huele a muerte; a un cubo de calamares muertos."
¿Qué queréis que os diga? Este autor lo ha vuelto a hacer, y me ha tenido en vilo durante toda su lectura. Decir que me ha encantado es quedarme corto. Es una historia que jamás olvidaré. Es cortita, pero intensa, donde constantemente están pasando cosas. Es tan tan adictiva..., que tuve que dosificarme el libro para no acabármelo en dos noches. Si algo tiene en común con La casa de arenas movedizas es que es original al máximo, que me ha hecho sentir escalofríos en algunos momentos (algo que, al ser gran consumidor de terror, rara vez me pasa ya), que me he reído a carcajadas en ocasiones puntuales (raro en mí, que para el humor soy muy especialito, pero este es un humor negrísimo que me ha encantado), y que la historia no se anda con rodeos, en todo momento va al grano. Bueno, eso y que está cargada de sorpresas. Cuando crees que el listón no se puede subir más, entonces al siguiente capítulo... ¡Pumba! Y te quedas con las patas colgando. Un in crescendo que te va matando de la curiosidad. En serio, lo tiene todo. Por tener tiene hasta romance. Un romance siniestro, eso sí. Una macabra y gamberra historia de amor que, una vez se empieza, ya no te suelta, solo deseas saber en qué acaba todo.
Si otro libro no lo supera, es muy posible que esta otra novela de Carlton Mellick III se convierta por año consecutivo en mi mejor lectura del año. Si todavía no habéis leído ninguno de sus dos únicos libros traducidos al español, ya estáis tardando, insensatos. Son divertidos a rabiar.