Brigsby Bear

Título: Brigsby Bear

Director: Dave McCary

País: Estados Unidos

Año: 2017

Género: Comedia, Drama

Opinión personal

Cada cierto tiempo, cuando se puede, me gusta traeros películas diferentes e interesantes que se salen de lo habitual, como esta que vi este finde pasado, de la que no tenía ni idea de qué iba y me fascinó.

"Las aventuras del oso Brigsby" es un programa de televisión infantil que tiene un solo espectador: James.

Ya de entrada choca, porque James es un tipo adulto. Sin embargo, a pesar de su edad, es alguien muy inocente y especial. Vive en una casa subterránea con sus padres ya mayores. Nunca ha salido al exterior, pues siempre le han dicho que el aire de fuera es tóxico y, sin una máscara de gas, moriría en un suspiro.

Solo alguna que otra contada noche, cuando se siente algo inquieto, sube a una pequeña cúpula que la casa tiene en la superficie, a contemplar las estrellas.

Pero a pesar de no interactuar con nadie más y de estar confinado entre cuatro paredes, James es feliz a su modo. Está hecho a sus rutinas y, bueno, disfruta mucho de "Las aventuras del oso Brigsby", esta serie infantil de la que es un auténtico fan. Cada semana llega un nuevo capítulo a casa (una cinta de VHS), siempre ha sido así desde que era niño. Todo en la casa es como si el tiempo se hubiera detenido en los años 80, la decoración, los electrodomésticos, la estética retro... Pero para James es lo normal, no conoce otra cosa y su día a día es agradable.

Hasta que un buen día, de la noche a la mañana, su vida cambia para siempre cuando unos agentes de policía irrumpen en su casa y se llevan a sus padres detenidos. Entonces le explican que esos no eran sus padres verdaderos, sino un matrimonio que lo secuestró cuando era niño, y que lo han criado haciéndole creer una vida de mentira.

Cuando lo llevan ante sus padres de verdad, que han estado buscándolo más de veinticinco años, a todos parece haberles tocado la lotería; excepto para James, que no termina de conectar con su familia: un padre, una madre y una hermana que, a pesar de empezar a hacer cosas juntos en un intento por recuperar el tiempo perdido, para él siguen siendo completos desconocidos.

La ingenuidad y el asombro de James frente al mundo moderno y los adelantos actuales es brutal, pero el mayor impacto viene cuando descubre que sus secuestradores (a los que sigue llamando "padres" alguna que otra vez casi sin darse cuenta) eran quienes filmaban de forma amateur la serie infantil del oso Brigsby (mediante decorados, atrezo y disfraces que tenían en alguna nave industrial escondida), para llenar la vida de James de color y ensoñación. Nuestro protagonista queda hecho polvo, devastado ante tal revelación, al ver con sus propios ojos todo el material que requisa la policía. Pero por extraño que resulte, su decepción no viene tanto por el hecho de que todo haya sido una farsa, sino porque sabe que ya no habrá nuevos episodios de "Las aventuras del oso Brigsby", el programa que llenaba su vida.

Así pues, sorprende a todos cuando, tomando una decisión disparatada pero su vez estimulante, decide hacer su propia película del oso Brigsby, en un intento por terminar esa larga obra inacabada.

Intuyo lo que estaréis pensando: "Otra historia de chico al que secuestran de niño y que regresa al seno familiar ya de adulto, después de muchos años. Ya se ha contado antes". Y sería lógico que lo pensarais, aunque en el fondo, ¡qué grave equivocación! Porque la película difiere de muchas otras similares, por los personajes (por cierto, meter a Mark Hamill le da cierto encanto), el tratamiento psicológico que se le da al protagonista, lo original de los detalles y cómo está contada, el tono de comedia tan delicioso con el que este drama es arropado... A decir verdad, es una historia que cuando termina (que por cierto, un final conmovedor) te deja con ganas de seguir viendo más, porque no te importaría seguir las andanzas de este singular personaje, porque te gustaría seguir siendo testigo de todas las cosas que le deparará el futuro.

En resumidas cuentas, cine independiente del bueno, ese cine con personalidad que reniega de masas y presupuestos millonarios. Una de esas sorpresas que te alegran el día, para recordar durante mucho tiempo.